Conclusiones de por qué Noruega es de los 5 países más ricos del mundo:
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Entre otras observaciones interesantes, los países ricos ahorrar e invierten. Como por ejemplo Noruega, que tiene petróleo, coge una gran parte de los ingresos e invierte en comprar divisas de otros países e invierte en acciones, bonos e inmuebles. Noruega puede hacer esto, por que no tienen deuda externa. Las empresas más ricas del mundo y que siguen creciendo, invierten parte de sus utilidades en nuevos proyectos para aumentar la rentabilidad. Las familias más ricas del mundo ahorrar e invierten parte de sus ganancias en nuevos emprendimientos, en la bolsa de valores, etc. Las personas más ricas del mundo ahorrar e invierten. En conclusión, los países más ricos del mundo, las empresas más ricas del mundo, las familias más ricas del mundo, y las personas más ricas del mundo, una de las razones por las cuales se hicieron ricas, es por que no se gastan todo lo que ganan, si no que invierten. ¿Quieres ser más rico? Aprende a ahorrar e invertir.
¿Quieres ser más rico? Paga todas tus deudas.
Noruega es de los países con menos corrupción en el mundo(igual que Singapur).
Noruega es de los países menos ostentosos del mundo. Ellos planifican y piensan a largo plazo.
Noruega o cómo un país pobre puede llegar a ser el segundo más rico del mundo.
En el año 1900, Noruega era una economía arcaica cuyo sector más poderoso era la pesca. Aunque los datos económicos de aquella época son poco fiables, Noruega era un país más pobre que Chile, España o Irlanda. Sin embargo, cien años después Noruega es el segundo país más rico del mundo (por detrás de Luxemburgo) con una renta per cápita de más de 67.000 dólares. Petróleo y una gestión excelente son las claves que han conducido a este país a convertirse en un modelo para otras naciones.
Según destacan los expertos de Credit Suisse en uno de sus últimos informes, «Noruega fue una vez un país pobre, con un clima muy duro y cuya principal fuente de ingresos procedía de la exportación de pescado. Noruega, a diferencia de Suiza, no pertenecía a los países ricos en 1970. En paridad de poder adquisitivo, la renta per cápita no alcanzaba ni la mitad que la de Suiza y era un 15% inferior a la de la República Federal de Alemania».
A día de hoy Noruega es uno de los mayores exportadores de petróleo y gas del mundo, y gracias a ello ingresa miles de millones de euros cada año. Erling Steigum, un veterano profesor del BI Norwegian Business School, asegura que él «todavía recuerda cuando se encontró el primer pozo de petróleo en las navidades de 1969. Estábamos muy entusiasmados y expectantes, y es que íbamos a ver que hacía Noruega, aunque lo cierto es que no habríamos previsto que se iba a convertir en un negocio tan grande», explica este docente de 66 años.
Las autoridades crearon el Government Pension Fund Global, un fondo soberano de riqueza con el que el Gobierno invierte los ingresos del petróleo en acciones, bonos e inmuebles para diversificar la riqueza del país. De este modo, Noruega se ha convertido en un referente para muchos países que cuentan con grandes recursos naturales pero que no han sabido gestionarlos: «Hay países pobres como Nigeria donde los beneficios del crudo no se transforman en bienestar para la población debido a los elevados niveles de corrupción», dicen los expertos de Credit Suisse.
Noruega es inmune a la enfermedad holandesa.
Steigum explica que «las instituciones de Noruega han funcionado muy bien y han sido capaces de incrementar los niveles de vida de su población en lugar de caer en los males que invaden muchos países ricos en recursos naturales». Transparencia Internacional establece a Noruega como el quinto país menos corrupto del mundo.
Noruega ha sido capaz de esquivar el ‘mal holandés’. Una enfermedad que puede hundir a varios sectores de una economía por la apreciación de la divisa local. Cuando el país comienza a exportar una materia prima de forma masiva, el influjo de capitales aprecia la divisa, esta situación suele erosionar la ‘competitividad’ de otros sectores de la economía que dejan de exportar. Holanda fue el protagonista de este mal después de encontrar grandes reservas de gas natural en 1960.
Sin embargo, en Noruega gran parte de los ingresos obtenidos por el petróleo son rápidamente convertidos en divisas extranjeras, lo que mitiga en parte el efecto. Y es que Noruega posee el mayor fondo soberano de riqueza del mundo «aunque el país está sufriendo hoy el desplome del precio del petróleo, el país está en mucha mejor posición que el resto de Europa gracias este fondo», señala el informe de Credit Suisse.
Sigbjorn Johnsen, del partido Social Demócrata, explica que durante los años 70 Noruega utilizaba los ingresos procedentes del petróleo para estimular la economía. Sin embargo, el fuerte incremento de los precios del crudo en 1980 hizo posible la opción de empezar a ahorrar parte de esos beneficios. De este modo, a comienzos de los 90 Noruega se había librado de la deuda externa y los ingresos del crudo se comenzaron a invertir en otros activos.
Ahora con la caída del crudo, el Gobierno se verá obligado a retirar parte de los intereses generados este año para cubrir la falta de ingresos fiscales. Pero aunque el petróleo no vuelva a alcanzar los precios pasados, «Noruega tiene mucho menos que temer al cambio demográfico y al pago de las pensiones que otros países de Europa», señala el informe.
Lo que han hecho las autoridades del país tiene mucho valor, puesto que podrían haber gastado y lograr una mayor recompensa electoral en lugar de pensar en le futuro y las próximas generaciones: «Noruega piensa a largo plazo». Martin Skancke, supervisor del fondo soberano noruego durante años explica que «un gobierno en el poder tiende asumir que todo el dinero que ahorre será gastado por la oposición cuando llegue al poder, de modo que al final los políticos prefieren gastar el dinero ahora y ganar votos», esto es lo que no se ha hecho en Noruega.
A pesar de su riqueza, Bergen(una ciudad de Noruega) no es un lugar ostentoso. Abrazada por montañas y elevándose sobre una imponente costa de fiordos, la segunda ciudad de Noruega, Bergen, tiene vistas de tarjeta postal.
Al ser el centro de las pujantes industrias de petróleo y gas es también un lugar de mucha riqueza. Sin embargo, hay pocas muestras de gastos ostentosos. No hay súper autos de lujo con vidrios ahumados, ni tiendas de carteras de marca, ni filas de gente frente a clubes nocturnos exclusivos. Mientras que, tras descubrir petróleo, otros países han derrochado los ingresos, Noruega ha seguido invirtiendo el dinero de la renta de su petróleo y gas en un gigantesco fondo soberano.
El fondo, cuyo valor se calcula en $800.000 millones, es propietario del 1% de todas las acciones del mundo entero y es lo suficientemente grande para hacer millonarios a todos los ciudadanos del país en la moneda local, la Corona. En la práctica es una cuenta de ahorros descomunal.
«Confiamos en el gobierno. Creemos que nuestro dinero de los impuestos se gastará sensatamente» dice el Profesor Alexander Cappelen, Facultad de Economía de Noruega NHH. Y la mayoría de la población noruega parece contenta con esto. Según un estudio hecho en 2012 por la Universidad de Columbia en Nueva York, Noruega es uno de los países más felices del mundo.
«Tuvimos que invertir mucho dinero antes de que pudiéramos gastarlo en algo», dice el profesor Alexander Cappelen de la Facultad de Economía de Noruega, NHH, al explicar por qué aparentemente el país ha evitado caer en las trampas que trae la enorme riqueza. «En otros países el petróleo es mucho más fácil de extraer», dice, lo que significa que reciben el dinero de una vez. «Adoptamos la mentalidad correcta, al saber que era un plan a largo plazo».
La economía noruega se transformó por la bonanza petrolera.
De manera tal que no hay una bonanza de gasto en Noruega. De hecho, según una directriz -seguida muy cuidadosamente- sólo el 4% del excedente del fondo se destina a gastos o inversiones en proyectos públicos.
Hay varias razones, indica Cappelen, por las cuales Noruega se conforma con ahorrar su riqueza y no le hace caso a las tentaciones de una vida de lujos. «Para que este tipo de sistema funcione, hace falta tener un enorme nivel de confianza», apunta Cappelen. «Como resultado de la democracia social y de las políticas igualitarias es una sociedad homogénea y ha desarrollado un enorme nivel de confianza».
«Confiamos en el gobierno. Creemos que nuestro dinero de los impuestos se gastará sensatamente. Una vez que comienzas a confiar en que los otros están contribuyendo con su parte, entonces cada uno está contento de contribuir con la suya».
La ministra de Finanzas de Noruega, Siv Jensen, dice que su país tiene una situación afortunada. ¿Entonces es rica Noruega porque los noruegos tienen un alto nivel de confianza o son sus ciudadanos confiados porque son ricos? «Creo que son las dos cosas», dice Cappelen. «Altos niveles de confianza hacen más fácil el crecimiento económico». Sin embargo, este boom petrolero se está apagando. ¿Y ahora qué?
«La economía noruega está en una situación muy afortunada. Estamos hablando de un cambio gradual en los próximos años», dice la ministra de Finanzas de Noruega, Siv Jensen. «Hemos tenido un crecimiento más lento en la productividad en los últimos años y en este gobierno tenemos que mantener un nivel de impuestos competitivo y reducir los trámites burocráticos para atraer inversiones».
«Respetamos el trabajo duro». «Sin embargo, es verdad que tenemos costos comparativamente más altos que cualquier otro país». Esos costos son bastante impactantes para un visitante. En una cafetería con vista al mercado de pescado, mientras bebe un capuchino que cuesta casi US$10, Tone Hartvedt, de la Business Region Bergen, explica que los costos son simplemente comparables a los salarios. «Puede sonar sorprendente, pero para nosotros no es demasiado caro», indica Hartvedt. «Solemos tener casas de verano e invierno o cabañas y vivir aquí está a nuestro alcance. Es cómodo». Esto es inesperado para los visitantes que no estén familiarizados con la situación.
Noruega se está preparando para cuando se agoten sus reservas de gas y petróleo.
Después de una visita al supermercado local encontramos que una compra que incluya la pasta, el pan, el queso y los tomates más baratos sumaría un total de US$50.
Sin embargo, señala Hartvedt, eso redunda en toda la cadena: «Le pagamos a nuestros trabajadores un salario que significa que tienen una buena calidad de vida; ese no es tanto el caso en sitios como Londres». «Aquí respetamos el trabajo duro, pero no creemos que el trabajador mejor pagado en una compañía debería ganar mucho más que el de menor ingresos». «Esto sí significa que algunas personas muy talentosas se van a otros países donde se les va a pagar más», apunta. ¿Y se consideran los noruegos ricos? «No, no pensamos en cosas como esa. Es para el futuro», dice ella.
El petróleo noruego tiene un alto costo de extracción. En una isla situada a media hora de Bergen se encuentra Coast Center Base (CCB), un enorme centro de apoyo para la industria de petróleo y gas. Hay una plataforma, un camión de bomberos rojo y enorme, en el puerto esperando ser revisada.
«Recuerdo los días cuando había muchos agricultores y pescadores en Noruega. La vida ha cambiado para el noruego promedio», señala el director ejecutivo del CCB, Kurt Andreassen.
«Esta base se inauguró en 1974 y en estas décadas ha ocurrido un cambio tremendo. Hay ahora un bienestar muy alto. Es muy diferente a 40 años atrás. Mucha gente tiene educación, las cosas han cambiado». Y cuando el petróleo finalmente se acabe, «Noruega sobrevivirá, pero será un reto para todos nosotros», señala. «Nuestro desafío será utilizar nuestra pericia y aplicarla en otras áreas».
Es un punto de vista que comparte Dag Rune Olsen, rector de la Universidad de Bergen. «Me preocupa que no invirtamos lo suficiente en otros medios para generar ingresos en las próximas décadas». «Todos estamos bien conscientes de que los recursos de petróleo y gas son limitados y, por lo menos en cuanto al petróleo noruego se refiere, nos costará más año por año extraerlo», apunta.
«Es evidente que necesitamos encontrar otras fuentes de ingresos y ahora que tenemos las habilidad de invertir, es crucial que lo hagamos».
«Conseguiremos empleos».
Quizás tener conciencia de que no va a durar para siempre explique en cierto modo porque se ven Volvos de segunda mano circulando por las serpenteantes calles de Bergen, en vez de los Porsches o Bentleys que se ven, por ejemplo, en zonas acomodadas de Londres.
Prudencia y pragmatismo, en vez de apariencias, parece ser la actitud. Según un estudio hecho en 2012 por la Universidad de Columbia en Nueva York, Noruega es uno de los países más felices del mundo. Si bien hay indicios de preocupación por lo que pueda ser de Bergen, y Noruega, cuando se acabe el petróleo, la mayoría de los noruegos sigue teniendo confianza en su futuro. «Estamos en Noruega, no nos preocupan estas cosas», respondieron unos estudiantes de la Facultad de Economía de Noruega, mostrándose algo incómodos, cuando se les preguntó si estaba preocupados por sus empleos. «Trabajaremos duro y conseguiremos trabajo».