Eclecticismo de William Edward Deming – La calidad genera riqueza – Sus ideas fueron rechazadas por los propios americanos.

En un SEC se aplican las ideas de Edwards Deming en todas las dimensiones de la vida

Edward Deming es el padre de la calidad, como uno de los típicos visionarios, fue rechazado por sus ideas. Edward Deming es de EEUU y en los años que publicó sus ideas, no le hicieron caso en EEUU, sin embargo, en Japón después de la segunda guerra mundial, tenían consciencia de que la calidada genera riqueza, y contrataron a Deming, quien les ayudó a transformar la industria japonesa, la cual tenía reputación de ser productos de baja calidad, a ser productos de súper buena calidad, como es el ejemplo de Toyota.

En cuestiones de calidad y competencia, ¿Quién gana? ¿General Motors, Ford y Chrysler, o Toyota, Nissan y Honda? Los que ganan son los productores de carros japoneses.

Leer el artículo: If Americans Don’t Want To Listen to Me, It’s Their Funeral.

Si las estadounidenses no quieren escucharme, es su funeral.

La entrevista de Outlook; W. Edwards Deming, gurú estadounidense de la industria japonesa, habla con Daniel Gottlieb; El Dr. W. Edwards Deming, de 83 años, a veces se presenta como un hombre espinoso, si no amargado. Pocos de sus compatriotas saben quién es, pero en Japón su nombre es tan familiar como el de Nobel. Deming es el experto más destacado del mundo en control de calidad. El control de calidad es la gestión total de un producto desde el diseño hasta el uso para asegurarse de que realiza de forma fiable la función prevista. En los años 40, Deming intentó, pero no logró, interesar a la gerencia estadounidense en sus técnicas de control de calidad. Después de la Segunda Guerra Mundial, sin embargo, encontró una audiencia entusiasta entre los industriales japoneses, y se le atribuye haber ayudado a convertir la etiqueta «Hecho en Japón» de una broma a una amenaza para las industrias estadounidenses. Por sus contribuciones, fue galardonado con la Medalla del Tesoro Sagrado del Emperador. El honor industrial más alto de Japón lleva su nombre, el Premio Deming, y su presentación se realiza en la televisión nacional con mucha fanfarria, como los Premios de la Academia en los Estados Unidos. La vida de Deming se remonta a la era anterior a la línea de ensamblaje. Cuando era joven, ganaba $ 10 al mes encendiendo lámparas de gasolina en la ciudad de Powell, Wyoming, y 25 centavos la hora o menos fregando pisos, quitando nieve, limpiando calderas y cortando viejos durmientes de ferrocarril para leña. Sin embargo, su doctorado de Yale es en física matemática. Residente de Washington desde 1927, la modesta oficina en el sótano de Deming, justo al lado de Westmoreland Circle, es ahora donde las compañías estadounidenses como Ford llaman, esperando ayuda para enfrentar desafíos extranjeros. Casado y padre de tres hijas, Deming ha estado viajando prácticamente sin parar desde que la industria estadounidense comenzó a apreciar sus ideas a finales de los setenta. Sus consultas y seminarios están programados para 1985. William H. Conway, presidente de Nashua Corp., uno de los clientes de Deming, lo llama «el padre de la Tercera Ola de la revolución industrial». Dan Gottlieb es un escritor y consultor de Washington.

 

 

 

 

 

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