Sistema ABA – Identificación de Empleados Tóxicos – 7 conductas negativas de los empleados tóxicos

 

Palabras: 1949.

Tiempo estimado de lectura: 12 minutos.

Páginas: 5.

 

Índice.

Introducción.. 1

7 conductas negativas de los empleados tóxicos.. 1

  1. Provocadores de conflictos.. 2
  2. Los que evitación hacer los trabajos que les resultan molestos.. 2
  3. Incompetencia.. 3
  4. Fraude, mentiras y robos.. 3
  5. Perder el tiempo intencionadamente.. 4
  6. Comportamientos anti-jefe.. 4
  7. Arrogancia.. 5

 

Introducción.

Es indispensable identificar a los empleados tóxicos que dañan el ambiente. Idealmente, antes de contratar a un colaborador, se debe realizar un proceso de selección para evitar contratar personas tóxicas.

 

Si es que hay personas tóxicas, hay que darles la oportunidad de cambiar su comportamiento. Si es que después de darles dos o tres oportunidades para cambiar el comportamiento, hay que sacarles de la organización ya que no hay buena actitud para cambiar su comportamiento. Más fácil es contratar a las personas correctas, que tratar de cambiar a las personas incorrectas. Es como en los procesos de calidad, si un proceso falla y produce algo defectuoso, es muy complicado arreglar los defectos para sacar un producto de alta calidad.

 

Abajo hay 7 conductas negativas de los empleados tóxicos. En el Sistema ABA, se construye una Súper Cultura para tener las personas correctas. Para la construcción de la Súper Cultura, todos los colaboradores deben leer este documento varias veces durante el año; y uno de los colaboradores debe leer durante el break de 15 minutos.

 

Todos los colaboradores tienen que pasar pruebas para verificar si es que conocen el contenido.

 

7 conductas negativas de los empleados tóxicos.

El equipo debe rendir al nivel más alto posible.

Los empleados tóxicos destrozan la moral de los jefes, y los compañeros de trabajo, añaden tensión innecesaria al trabajo, exasperan a los otros compañeros, crean negatividad en su entorno. La solución es fácil, despedirlos.

Estos empleados tóxicos no pueden ocupar cargos más altos.

A los empleados tóxicos no hay que aguantarles. Si no cambian su comportamiento, hay que despedirles.

 

Hay empleados que por las razones que sean (quizás por una mala experiencia con un jefe anterior, quizá por mala actitud personal e incluso por haber recibido una educación antiempresarial) tratan de pelear contra los jefes, de complicarles las cosas a propósito como si asumieran de partida que el jefe fuera el enemigo a batir.

 

Sus efectos nocivos en el departamento y en el ánimo del jefe directo son devastadores. Es improbable que estos empleados se den cuenta de sus fallas por que no tienen humildad.

Perjudican el clima del equipo y el agotamiento emocional de sus compañeros de trabajo como también de los jefes.

 

1. Provocadores de conflictos.

  • Contaminar el clima laboral a propósito.
  • Criticar siempre a los demás siendo incapaz de ver sus propias carencias.
  • Cuestionar todas las decisiones.
  • Quejarse por todo continuamente.
  • Buscar siempre culpables entre los compañeros cuando se ha cometido un error.
  • Airear problemas del departamento con terceros.
  • Hablar mal de la empresa a los clientes.
  • Crear subgrupos en el equipo.
  • Levantar rumores falsos y fomentar corrillos negativos tergiversando las cosas.
  • Tratar a todos en la empresa como “al enemigo”.
  • Manipular a los compañeros más débiles para ponerlos en contra de los demás.
  • Buscar siempre sentido negativo a todo.
  • Hacerse la víctima por todo.
  • Falta de solidaridad con los compañeros.
  • Guardarse sus conocimientos o la información de que dispone para perjudicar a los compañeros.
  • Trabajar de forma individualista.
  • No ayudar a los recién incorporados.
  • Ocultar los logros de sus compañeros.
  • Provocar errores en los compañeros.
  • Deslealtad a la empresa.
  • Reclamar lo que no le corresponde.
  • Boicotear todas las iniciativas.
  • No estar nunca contento con la tarea que le toca.
  • Encasquetar sus errores a otros compañeros.
  • Mala actitud.
  • Reivindicar continuamente sus derechos pero sin cumplir ninguna de sus obligaciones.
  • Negativa rotunda a cualquier trabajo o ayuda que se salga de sus tareas habituales.
  • Generar largas discusiones.
  • Ir por libre.
  • Ser agresivo.
  • No seguir las normas y negarse a hacer lo que se le pide o no colaborar con los demás.
  • Tener actitudes sexistas.
  • Acoso sexual a compañeras.
  • Falta de respeto a los demás.
  • Tratar mal a los compañeros de trabajo y a clientes.
  • Ser mal educado.
  • Perder los nervios fácilmente.
  • Boicotear las reuniones con mal comportamiento.
  • Hacer la pelota a los directivos mientras trata con desconsideración a sus jefes inmediatos.
  • Tener una cara amable con los jefes y luego tratar con desconsideración a los inferiores.

2. Los que evitación hacer los trabajos que les resultan molestos.

La vagancia o la evitación de hacer algo que resulta molesto o engorroso perjudican brutalmente al grupo.

 

  • Absoluta holgazanería.
  • Que hacen lo mínimo.
  • Evasión de las responsabilidades de su puesto.
  • Realizan sólo los trabajos que le gustan y dejan el resto para los demás.
  • Dejan todo siempre para el día siguiente.
  • Pasan a los compañeros tareas que les correspondían a ellos.
  • Nula implicación.
  • Están muchas horas en la oficina pero sin hacer nada.
  • Total indisponibilidad para hacer nada.
  • Dejan tareas importantes pendientes sin que les importe.
  • Son verdaderos artistas en lograr que los demás les hagan sus trabajos e incluso “hacerse el tonto para no trabajar”.
  • Se hacen los tontos para que no le asignen tareas complicadas.

3. Incompetencia

Una cosa es que alguien sea un poco más flojo, o que le cueste más hacer el trabajo, o que no sepa, o sea lento para aprender, pero otra bien distinta es este caso, en el que hablamos de verdadera torpeza, de una situación donde realmente hay un empleado incompetente.

 

  • Realizar mal las tareas encomendadas de forma desordenada e irresponsable.
  • Hacer las cosas torpemente de forma que los demás deban hacer su trabajo.
  • No cumplir con las tareas con las que se ha comprometido.
  • Interpretar siempre de forma errónea las instrucciones que se le dan.
  • Terminar los trabajos de cualquier manera, decir que ha entendido todo y resultar luego que no era así.
  • Tener que estar haciendo seguimiento permanente de sus tareas y estar constantemente detrás de ellos para que acaben bien las cosas.
  • No llevar las cosas importantes preparadas, no hacer el trabajo pendiente.
  • No cumplir nunca los plazos de realización de los trabajos sin avisar.
  • Ser mediocre en todas sus tareas.
  • Desorganización.
  • Retrasar a todos por no hacer bien su parte.
  • Decir que ya está realizado su trabajo cuando no es así.
  • Dejar las tareas hasta el último momento generando estrés y tensión en el resto del equipo.
  • Incapacidad para que se le delegue algo.
  • Tener que repetirle las cosas mil veces.
  • Improvisar permanentemente con chapuzas.
  • No pedir ayuda cuando ve que no va a poder hacer su trabajo.
  • Hacer las cosas siempre a su manera aunque se le haya explicado reiteradamente cómo debería hacerlo.
  • Cometer siempre los mismos errores, no prestar atención a la tarea.
  • No seguir las instrucciones o incluso quedarse dormido a menudo en el trabajo.

 

4. Fraude, mentiras y robos.

  • Acusar falsamente sin pruebas y con intención de hacer daño.
  • Mentir y levantar falsos testimonios.
  • Falsificación de documentos e informes.
  • Quedarse con dinero que correspondía a los compañeros.
  • Robar material valioso de la empresa.
  • Usar la tarjeta de la compañía para fines personales.
  • Engañar y manipular la verdad con intereses individuales.
  • Realizar sabotaje.
  • Hacer descuentos irregulares a amigos.
  • Robar el know-how de la empresa.
  • Traicionar al jefe y a los compañeros, ejemplo: tratar de robarle a la empresa o a los compañeros sus clientes.
  • Reclamar dinero que no es suyo.
  • Responder a la ayuda de todos en momentos personales difíciles con ingratitud y traición.

5. Perder el tiempo intencionadamente.

  • Pierde el tiempo intencionalmente con lo que supone eso para la descoordinación del equipo.
  • Bajas frecuentes injustificadas.
  • Absentismo laboral.
  • Estar en el trabajo atendiendo asuntos y relaciones personales dejando de lado las tareas.
  • Incumplir los horarios.
  • Ausentarse a menudo del trabajo.
  • Perder horas y horas de trabajo en llamadas personales.
  • Navegar por Internet para asuntos personales en horario de trabajo.
  • Usar constantemente el teléfono móvil particular en la jornada laboral.
  • Charlar en exceso con los compañeros no trabajando ni dejando trabajar.
  • Estar todos los días con largas conversaciones con familiares desde la oficina, interrumpir el ritmo de trabajo de compañeros.
  • Dejar tirados a los demás e incluso a clientes para atender llamadas personales.
  • Utilizar la jornada laboral para hacer tareas ajenas al trabajo.
  • Llegar tarde y ser impuntual sin avisar especialmente cuando no están los jefes.
  • No estar en su puesto por estar deambulando dando conversación a los demás.
  • Estar físicamente en la empresa pero estar perdiendo el tiempo.
  • Estos empleados tóxicos no consideran que estén haciendo algo grave, “total por unos minutos de descanso y relajación”. Lo que ocurre es que no son unos minutos, sino horas y horas que se acumulan, mal ejemplo que circula a la vista de los cumplidores, situaciones de tensión que se generarán cuando el trabajo no esté al día y además son personas que sí suelen ser rigurosas en irse a la hora exacta de salida, esté la tarea como esté.
  • El absentismo emocional, esto es, el no sentir la empresa y usar el tiempo que te pagan para cualquier cosa menos para rendir, es una manifestación clara de falta de implicación en el proyecto, nula noción del trabajo en equipo y prueba inequívoca de irresponsabilidad y egoísmo.

Cuando el jefe interviene con el empleado tóxico, este lo tomará como una reacción excesiva e injusta, y difícilmente reconocerá su falta; y se verán a si mismos como “víctimas”.

6. Comportamientos anti-jefe.

  • Tratar de desacreditar al jefe delante de otros compañeros.
  • Ser envidioso con el jefe.
  • Amenazar al jefe.
  • Utilizar al jefe como escudo para eludir responsabilidades.
  • Eludir tratar de solucionar los problemas de relación con el jefe.
  • Culpar al jefe de lo que hacen mal los empleados.
  • Generar prejuicios contra los jefes en general.
  • Tomarse las indicaciones de los jefes como algo personal dificultando la comunicación.
  • Puentear al jefe con mala intención.
  • Tratar de engañar al jefe.
  • Desprestigiar al jefe en cuanto tiene ocasión.
  • Dejar mal al jefe apropiándose de méritos que realmente ha logrado todo el equipo.
  • Retar al jefe delante de todo el equipo.
  • Poner las cosas difíciles a los jefes recién incorporados.
  • Tratar de cargarse al jefe para ocupar su puesto.
  • Negarse a hablar con el jefe cara a cara y a sus espaldas criticar la falta de comunicación.

 

7. Arrogancia.

  • Empleados soberbios e impertinentes
  • Comportarse con superioridad y arrogancia.
  • Ser autoritario.
  • Creer que ya lo sabe todo y no admitir comentarios.
  • Apropiarse de medallas que no son suyas.
  • Actuar como si sus funciones fueran las más importantes de la empresa.
  • No asumir nunca los errores que comete.
  • Ser presuntuoso y dar bombo a todos los trabajos que hace.
  • Creerse perfecto.
  • Ir de listo y luego no cumplir.
  • Opinar siempre de lo que no sabe.
  • Buscar siempre el protagonismo.
  • Pensar que su opinión es la única acertada y estar siempre cerrado a otras ideas por considerarlas “inferiores”.

 

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